No sé si corre peor suerte aquella persona que no quiere ver un problema por la ignorancia o la que lo ve y no hace nada pensando que otra va a hacerlo por él o ella.
Esta carta es una humilde opinión de un servidor, ante la situación que actualmente vivimos la sociedad española, y concretamente la población más joven. Estas frases solo pretenden mostrar una realidad bajo mi percepción, y ahora que cada cual puede formarse la suya propia a la misma situación que vivimos a diario.
Cuando la generación más formada, pero con menos oportunidades vive la actualidad, parece que la siente sin sentirla, o sólo para aquello que desde nuestra comodidad o zona de confort nos permitimos. No podemos estar en una sociedad en la que no tenemos acceso a la vivienda, ni a unos alquileres decentes y económicos para independizarnos, que tiene dos másteres, pero va de prácticas en prácticas para luego no tener un contrato, después de tanto tiempo invirtiendo en su formación, sólo puede trabajar poniendo copas los fines de semana y encima te pagan en negro porque así lo decide tu jefe.
Pero, aunque te pisoteen y socaven tus derechos lo mejor que puedes hacer es quejarte de boquilla con tus colegas, porque lo fácil es poner verde al político de turno, a la clase empresarial que se aprovecha de la legislación laboral de risa, o pensar si quiera que al final los sindicatos harán algo en vez de estar escondidos agachando la cabeza o mirando para otro lado.
Hemos visto como en estos meses como han salido a la calle mujeres reclamando sus derechos y haciéndose visibles, personas mayores que quieren pensiones dignas y que el sistema se haga estable en el tiempo… ¿Pero y las personas más jóvenes donde están manifestándose? No podemos negar que algunos/as se han sumado a estas causas citadas, pero… ¿Y por las suyas quienes van a luchar sus padres, sus abuelos/as o ellos y ellas?
El día en el que nos demos cuenta de que el verdadero poder lo tenemos saliendo a la calle y reclamando nuestros derechos y nuestra dignidad. Entonces seremos capaces de revertir esa situación que nos perjudica, que hace que veamos que nuestros derechos son pisoteados pero que podemos quitarnos ese pie de encima, y decir basta, aquí estoy yo. En nuestra mano esta hacerlo ahora.
Hoy estas cómodo/a desde el sofá de tu casa, tus papis te apoyan y te ayudan a que tu vida sea la misma que cuando tenías menos edad… Pero al final te darás cuenta de que han pasado 5 o 10 años y la cosa sigue igual, y tal vez tú en aquel momento no hiciste nada, te mantuviste al margen de los hechos, y al final ese tiempo lo habrás perdido, como también los derechos que perdiste en el pasado donde permaneciste impasible.
Solo puedo decir actúa, movilízate con otros/as y crea tú el cambio porque nadie lo hará por ti. De ti depende tu futuro y el de todos y todas. ¡El tiempo es ahora, actúa!
Darío Hidalgo es trabajador social y miembro del equipo fundador de Impulsa Ciudad.