[vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Cruce de sables se alzan sobre Marbella una vez más. Como si el propio capitán Alatriste estuviese veraneando en nuestra tierra. Vecinos, instigados por sus representantes vecinales están de gresca contra todo lo que huela a maquinaria de obra o tijera de podar. Prefiero retirar la palabra gresca y sustituirla por alerta que suena algo menos violento. Dicho así indicaría que nuestra sociedad ha madurado y no se dejará abducir por salvadores de dudosa procedencia. Significaría que hay criterio colectivo para decidir qué es lo mejor para todos.
Las ciudades deben estar vivas y eso supone renovarse. Nadie puede negar que el crecimiento vivido por nuestro pueblo ha sido vertiginoso desde que pasamos a formar parte de la historia del turismo global y tras pasar una desgraciada etapa de record especulativo y corruptivo. Pero el crecimiento en ladrillo nunca fue acompañado de la necesaria renovación y adecuación de las infraestructuras, ni viarias ni de servicios y, como todos sabemos y sufrimos, tampoco de equipamientos públicos.
Pasa el tiempo, nuevos equipos de gobierno, muchas heridas que curar y grandes deudas que saldar. Un pueblo con la autoestima por los suelos de tanto salir en el telediario y un Ayuntamiento esquilmado y endeudado con las mismas administraciones que antes miraron hacia otro lado mientras se beneficiaban a base de tasas e impuestos.
Con este panorama los dirigentes post-gilistas han intentado hacer ciudad con mayor o menor fortuna. La urgencia en enmendar las graves deficiencias –sin contar con recursos económicos propios y con poco apoyo de las instituciones supramunicipales– les ha llevado a parchear en vez de planificar (puede que el efecto cuatrienal también tenga algo que ver) y todo eso pasa factura.
Ya lo he dicho en otras ocasiones, hay que atender las necesidades diarias pero también tener amplitud de miras y trazar el camino a seguir hacia un modelo de ciudad consensuado.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]Muchas de las obras que ahora se levantan se basan en proyectos iniciados en la etapa del anterior equipo de gobierno y esto es muy buena señal ya que es una manera de consenso político –aunque ellos mismos no lo quieran reconocer y se pongan trabas mutuas–. Incluso hay actuaciones que muestran trazas de querer transformar la ciudad poco a poco (no con mucha convicción, eso es la verdad), especialmente en el campo de las infraestructuras y espacios públicos.
Algunos querríamos actuaciones más valientes, pero el político siempre tiene la balanza de los votos presente y recula en muchos de los planes más necesarios y ambiciosos. Tenemos tanto que aprender y tanto que mejorar… Falta aumentar la participación de la sociedad facilitando las vías para su intervención, exponer los proyectos con tiempo suficiente para su análisis y sugerencias, explicarlos y exponer los riesgos y dificultades de manera que el que quiere aporte sus alternativas. Los colectivos sociales carecen en general de recursos propios para presentar propuestas técnicas o valoraciones económicas, pero sí cuentan con la experiencia de sus propias vivencias y demandas a pie de calle.
La llamada ciudad sostenible está muy lejos de calar en la población y consecuentemente en nuestros gobernantes. Éstos miran con pánico el efecto electoralista, tan nefasto para gestionar una ciudad, y aquella quiere una ciudad mejor, pero siempre que no se alteren las “comodidades” de su entorno ni su rutina diaria: su aparcamiento, su acera, sus árboles. Las obras, cuanto más lejos de uno, mejor.
Si queremos hacer ciudad tenemos que aprender todos a formar parte de una sociedad que comparte espacios e intereses comunes. Mirar más allá del portal de nuestra casa, de nuestros propios problemas y pensar en la ciudad que nos gustaría dejar a nuestros hijos. Parece difícil, pero si otros lo han conseguido, ¿por qué no Marbella?
Artículo publicado originalmente el Diario Sur el 18 de julio de 2016.
Arturo Reque es arquitecto, activista, presidente de la asociación Marbella Bycivic y miembro cofundador de Impulsa Ciudad.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]